viernes, 15 de abril de 2011

Barcina se jacta de que haya pocos sin techo


EXISTEN y están aquí. Viven con nosotros en nuestra ciudad, bajo un mismo cielo pero con distinto techo, ellos no lo tienen, no es que no quieran es que no pueden, algunos lo tuvieron, otros ni siquiera; no querer verlos no hace que dejen de existir. Son indigentes, los y las sin techo; son personas, se nos suele olvidar; nuestros vecinos de calle, ciudadanos de una ciudad que prefiere ocultarlos en lugar de ayudarles. No están bien vistos, no son estéticos, no quedan bien en ciudades peatonalizadas, reconstruidas, aseadas, pulcras pero poco habitables; son ciudadanos que viven todo el año, sea invierno o verano, en el hotel de las mil estrellas, el único que pueden permitirse. No lo han elegido, la vida lo ha hecho por ellos. En Pamplona, más de 50 personas viven en la calle y duermen en portales y cajeros. La imagen se repite en todas las ciudades por la falta de apoyo y la ausencia de una política clara para abordar de una manera integral la exclusión social. No es suficiente con crear albergues. Ruiz-Gallardón, alcalde de Madrid, acaba de proponer una ley estatal que permita a los ayuntamientos obligar a los sin techo a salir de la calle, siempre que haya recursos asistenciales suficientes y gratuitos, dice, sabiendo que en tiempos de crisis no los hay. Piensa Gallardón, del PP, que muchos viven en la calle "por voluntad y no por necesidad". Por aquí cerca también piensan parecido. La presidenta de UPN y alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, comparte la propuesta porque cree que va en la línea que ha seguido Pamplona, una ciudad "con pocos mendigos en la calle". ¿50 vidas le parecen pocas? Esta claro que para algunos el problema se acaba si el resto no lo ve.

Alicia Ezker