La contratación fija se hunde en Navarra, que solo supera a Andalucía y Extremadura.
Más contratos que nunca, pero con una precariedad jamás vista. Este podría ser el resumen, en apenas diez palabras, de la contratación realizada en Navarra por empresas y administraciones públicas a lo largo de 2013. Se firmaron 255.947 contratos, 3.418 más que en el año 2007, que poseía hasta el momento el registro más elevado. Pero solo el 4,87% de ellos resultaron de carácter indefinido, un porcentaje que solo supera a Andalucía y Extremadura, comunidades que conjugan las tasas de paro más elevadas con los mayores índices de temporalidad.
La contratación fija se hunde en Navarra, que solo supera a Andalucía y Extremadura
No es el caso de Navarra, tercera comunidad con la tasa de desempleo más baja y con una temporalidad media, según la Encuesta de Población Activa, del 21,8%, la quinta más baja. Pero los datos del Servicio Público de Empleo, que recogen al detalle los tipos de contratos firmados, muestran que 2013 profundizó lo que ya era una tendencia visible en años anteriores: a pesar de las sucesivas reformas laborales, que siempre son justificadas por la necesidad de reducir la temporalidad, el porcentaje de contratos indefinidos no deja de descender. Y si antes de la crisis se superaba el 10% de contratos fijos, hoy ya no se llega al 5%. Navarra queda, por tanto, muy por debajo de la media (7,67%) y más cercana a Extremadura (2,84%) y Andalucía (3,32%) que a Madrid (15,44%) o Catalunya (10,86%).
De hecho, el vigor mostrado por la contratación, especialmente en el segundo semestre del año, cuando ha experimentado crecimientos cercanos al 30% interanual, queda en entredicho al analizar el tipo de contratos. "Las estadísticas sobre contratación son un reflejo de los demoledores efectos que la Reforma Laboral está teniendo sobre la calidad del empleo", explica Amaia Glaría, responsable del área de Empleo en CCOO. En su opinión, al abaratarse el despido y "devaluarse la negociación colectiva" el empleo estable y de calidad "se sustituye por otro temporal y precario". "Y casi del 96% de los nuevos contratos que se firman son ya temporales", añade.
Los apenas 12.500 contratos fijos firmados en los últimos doce meses suponen la cifra más baja de la serie estadística, un dato incluso peor que el de 2012, cuando se firmaron en Navarra 207.623 contratos, 48.324 menos que en 2013. Todo el crecimiento de la contratación tiene, por tanto, un componente de temporalidad indiscutible, que los empresarios achacan a las incertidumbres económicas -"las perspectivas de mejoría aún no son muy sólidas", dicen- y los sindicatos, a las sucesivos cambios en la normativa laboral: abaratar el despido no logra que se firmen más contratos fijos.
MENOS CONVERSIONES A FIJOS En el cómputo del año tampoco repuntan las conversiones de temporales en indefinidos, un indicador que suele mostrar el carácter estructural del puesto de trabajo que se consolida. Caen ligeramente, mucho menos que de 2011 a 2012, pero siguen descendiendo. Si acaso se empiezan a observar algunos síntomas de mejoría, aunque muy incipientes, en el último trimestre del año. En ese periodo pasaron a fijos 1.210 contratos, frente a los 1.152 del año pasado. La contratación indefinida en su conjunto siguió descendiendo en cualquier caso en ese último tramo del año.
"El contrato temporal, que debería ser la excepción y responder a unas circunstancias específicas de la producción, se ha convertido en lo habitual y esto esconde un fraude tremendo que no se persigue y se generaliza", señala Iñaki Zabaleta, responsable del gabinete de estudios de ELA. A su juicio, esto supone un paso más "en la estrategia para echar por tierra las condiciones laborales" de los trabajadores.
Este deterioro de los contratos iría ligado asimismo a la evolución de los salarios, que marcan una clara tendencia a la baja desde ya casi dos años, e incluso a las condiciones que se pactan en los convenios colectivos que se firman. En 30 de los 72 convenios firmados durante 2013 se han pactado congelaciones salariales, tres de ellos recogen recortes de hasta un 5% en los sueldos y en quienes establecen algún incremento, sobre todo sectoriales, estos no llegan al 2% o recogen atrasos de años anteriores.