martes, 8 de mayo de 2012
Los niños y la TV
Entrevista a Fernando Martínez Villanueva psicólogo y autor de libro 'mediación entre niño y tv.
La televisión es uno de los cuatro factores principales de socialización del menor junto con la familia, el colegio y los amigos. A los adultos corresponde enseñar a "elegir", "no imponer", limitar el tiempo de pantalla o acompañarles evitando que se mimeticen hasta que se esfume su consciencia"
Los niños se pasan más horas viendo la televisión que en clase al cabo del año, y ese menor solo (no acompañado) se acostumbra, afirma Fernando, a "un vaivén de emociones incesante, tan pronto tristes como alborotadamente alegres, unos momentos de apatía y segundos después interesantísimas imágenes que pueden durar un minuto para, al momento, pasar al medio ante algo terrorífico que se corta con unos minutos de publicidad y alegre consumismo, etcétera". !Peligro!
¿Qué consecuencias tiene ese cóctail?
Que puedan padecer una inestabilidad emocional que impida o haga difícil trabajar cualquier cualidad positiva. El niño deja de interactuar con sus iguales, con familiares, con juegos sencillos, con la naturaleza...No experimenta el esfuerzo de creación de imágenes que realiza, por ejemplo, al leer un libro, escuchar música o jugar. No aprende a tener iniciativas. Además, se queda con lo superficial y la imagen como valor que sabe que gusta, que atrae....
¿Nos falta tiempo para estar con los hijos y, cuando estamos, los dejamos viendo la tele a la sopa boba?
Éste es precisamente el punto débil de la educación infantil: necesitan más tiempo con sus padres y madres. El rítmo de vida actual hace que los niños se separen de sus padres cada vez más temprano. Con uno o dos años y a veces con solo meses de edad, ya necesitamos llevarlos a guarderías. También usamos la tv como niñera. Si deseamos transmitir sanas enseñanzas y conseguir para nuestros hijos buenos maestros y compañías, ¿por qué les dejamos solos ante la tele donde reciben lecciones que nunca desearíamos o tienen compañías que les influyen negativamente?
¿Los padres tienen que educar a todas horas? ¿No hay nadie que vigile esos contenidos televisivos?
Desgraciadamente, por mucho horario protegido o códigos del espectador que se elaboren, la tv dista mucho de ser sana, educativa o tan siquiera inocua para su desarrollo. Se hace imprescindible la mediación restrictiva: ésto es, limitar tiempo y contenidos; pero también activa: acompañamiento al ver la tele.
¿Es bueno ver la tele con ellos y hacer comentarios para romper ese binomio de realidad-ficción?
Lo realmente interesante es hacer con ellos otras actividades que no sean ver la tele. Pero si no queda otro remedio, el acompañamiento activo comentando escenas, opinar o intervenir como indica el libro, posibilita que los pequeños vayan creando un filtro protector y aumente su competencia ante la tv; esto disminuye, que no elimina, los efectos secundarios de la tv sobre su conducta, su percepción de la realidad, hábitos, mundo emocional, capacidad relacional, rendimiento escolar, atención, voluntad, por ejemplo.
¿Nos faltan ojos críticos hasta para ver los dibujos? ¿Son inofensivos?
Nada inofensivos. Junto a películas y teleseries son los programas mas violentos, por no hablar de sexualidad inadecuada, sexismo o ínfima calidad de los valores que transmiten; sin olvidar los telediarios, que son para mayores de dieciocho.
¿Violencia y sexismo son contenidos habituales en la tv? Un reciente estudio decía que un niño de diez años ha visto más de 6.000 asesinatos...
Y cientos de violaciones y abusos sexuales, mas de 100.000 actos violentos justificados y otros tantos gratuitos, miles de asesinatos "justos" a manos de personajes admirados que "dan su merecido" al malo. Buena ventana a la realidad, ¿no le parece?
Habrá programas de cierta calidad...
Los documentales de naturaleza. Los deportes (exceptuando determinados comportamientos en los partidos de fútbol). Para edades por debajo de 6 años, pocos más, y siempre con presencia adulta. Cada vez los programas como los dibujos crecen en calidad técnica, gráfica o en habilidad para atrapar la atención y la voluntad del niño. Hay programas o dibujos sin violencia, con valores positivos y contenidos educativos, pero no solo hay que fijarse en los contenidos. El niño al ver tv se mimetiza con lo visionado y se esfuma su consciencia; la velocidad de las imágenes hoy en día es exagerada, afecta a su sistema nervioso, altera su ritmo vital y capacidad de aprendizaje, atención, etc. Vean un capitulo de Bob Esponja y otro de Heidi, y comparen su estado interior. No sólo los valores que transmiten cambian.
¿Qué le ocurre al cerebro de ese niño para que se mimetice tanto?
Su hemisferio derecho duplica la actividad del izquierdo. Se liberan endorfinas, un opiáceo natural y la zona media y el neocortex quedan desconectados. La actividad se desplaza al sistema límbico, al cerebro reptiliano que solo registra actividad de ataque o huida, y no distingue realidad de ficción y lo visto es vivido como real. Toda esta actividad inferior atrofia la superior. Y sin necesidad de que el programa sea violento.
¿Y qué me dice Disney?
¿Se refiere usted a aquel que dijo "Mezclar tradición, sexo y asesinato es la clave de mi éxito"? Mire: Dumbo pierde a su madre, experiencia que un niño pequeño no debería presenciar ni como posibilidad; se emborracha y tiene divertidísimas alucinaciones. En La Bella y la Bestia se ha descubierto un fotograma subliminal en el que se ve a la protagonista, la bella, con las piernas abiertas, sin ropa interior y mostrando su sexo bien dibujado. En El Rey León también hay información subliminal. Podemos continuar...