La cara del hambre cada vez nos es más familiar. La necesidad para comer, la desesperación de mucha gente, es tan visible como las colas en los centros parroquiales de Cáritas y de otros colectivos sociales para recoger un lote de alimentos los días que toca reparto (como mucho una vez al mes).
La novedad, ahora, es que una necesidad tan básica ha dejado de ser una realidad limitada a colectivos excluidos tanto de origen local como foráneo. Está más cerca. Por contra, la ayuda institucional que llega al Banco de Alimentos se recorta (la europea se garantiza en principio para 2012 y 2013 pero no se sabe qué va a ocurrir a partir del 2014), la aportación empresarial va a la baja y empieza a crecer la colaboración ciudadana, lo que en su conjunto obliga al BAN a repensar en futuras estrategias para captar más recursos y, a su vez, que las entidades asociadas baremen las necesidades más apremiantes (se habla de hacer una guía de valoraciones), y repartir esos panes y peces que, por mucho que se quiera, no se reproducen. "Tenemos claro que la solidaridad en pequeñas dosis de los trabajadores que realizan colectas en sus empresas o de los ciudadanos en su cesta de la compra, como de los propios colegios con los que también queremos trabajar", remarca Juan Carlos Úriz, del BAN. "Es evidente que la demanda ha aumentado e intuimos que también el grado de necesidad conforme se van acortando las prestaciones y aumenta en el tiempo las situaciones de precariedad", agrega.
La cifra de navarros y navarras que recurren al reparto gratuito de comida alcanzó en 2011 las 37.000 personas, el 6% de la población, lo que significa 3.174 toneladas de alimentos repartidas a través de 245 entidades asistenciales. El Banco de Alimentos de Navarra entrega esta ayuda a asociaciones asistenciales (29%) y parroquias (39%) que la reparten a su vez entre las familias más necesitadas. En lo que va de año se han entregado 789.301 kilos sin contar con la ayuda europea (programa FEGA) que, al parecer, llega con retraso. Por otro lado, los Sercicios Sociales de Base de cada municipio median con las diferentes asociaciones, les prestan ayuda para la valoración de casos (por ejemplo, la Asociación del Vecino de Berriozar maneja un informe de los Servicios Sociales de Base) o, en algunos casos, hacen un reparto directo de lotes.
¿Pero, quién y dónde se consumen más alimentos? Las parroquias recogieron en 2011 un total de 1.166 toneladas y, entre ellas, destacan por cuantía algunas de Tudela como Santa María la Mayor (81) o San Juan Bautista (57 toneladas), las 36,7 de la parroquia de San Blas de Burlada, 35 de la parroquia de San Vicente de Pául o 26,6 de la parroquia de San Francisco Javier, por citar algunos ejemplos. Por parte de las asociaciones, los mayores pesos recáen en la Majarí de Ansoáin con 85 toneladas, la asociación Lourdes de Tudela (82 toneladas) y otras entidades que trabajan con diferentes nacionalidades como la comunidad islámica de Pamplona (45,6 millones), el centro argentino navarro (21 toneladas), congoleños, colectivo de Ghana, etcétera. Los Servicios Sociales como Egüés, donde se encuadra Sarriguren -un barrio con mucha población joven y con niños-, consigue 22 toneladas, 18 millones los de Zizur Mayor, y el comedor social París 365 de San Lorenzo unas 33 toneladas.
Los paquetes del BAN son un apoyo pero no suficientes, teniendo en cuenta que con una media de consumo de 500 kilos de comida por persona y año, solo se atiende una quinta parte de las necesidades básicas que, además, no incluyen el aporte proteínico de carne o pescado y que ayuntamientos como Burlada o Berriozar tratan de compensar con otro tipo de ayudas.
sector agroalimentario En 2011 el 45% de la ayuda llegó de la Comunidad Europea y el resto de las empresas y distribuidoras navarras, y también de las donaciones que realizan los ciudadanos. La cifra de este año es algo inferior a la del 2011 debido a las dificultades del sector agroalimentario (ajustan cada vez más su producción debido a la crisis) del que se obtiene una parte importante de los alimentos que se distribuyen. Esta disminución se ha visto contrarrestada por la entrada de alimentos de otros proyectos como son las colectas en empresas y distribución, así como el programa de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona de recogida de productos no comercializables en supermercados. De hecho, según fuentes del BAN, alrededor de 65 establecimientos se han adherido al programa. Cada día los camiones de FCC recogen por los diferentes comercios aquellos productos sobrante o a punto de caducar y que, una vez en la nave del polígono de Agustinos, el BAN los "procesa y selecciona". Este año se van a conseguir alrededor de 229 toneladas por esta vía lo que el BAN valora de forma altamente positiva. También se ha empezado a captar productos congelados de diferentes firmas, y con el fin de mantener la cadena de frío, se va a pedir a las entidades que se hagan con arcones. Es una forma de diversificar productos y mejorar dietas. El supermercado del hambre se va adaptando a una situación que ningún indicador económico y social señala vaya a mejorar. El hambre llama a la puerta de los hogares navarros.