La presión fiscal sobre las rentas del trabajo en Navarra será inferior a la del Estado.
Los asalariados navarros pagarán medio punto porcentual menos al IRPF que en el regimen común. Los salarios más altos podrán tributar hasta cinco puntos menos. De nuevo la insolidaridad fiscal beneficiando a los que más tienen y las comunidades más ricas como el caso de Navarra.