Terminada la burda comedia en Navarra y despejada, como era de suponer, la cuarta incógnita, todo va saliendo en Euskadi como estaba también previsto. Si, después de cuatro años parcialmente perdidos por su culpa, PSE y PP de Álava han sentado la cabeza, demasiado tarde ya para recuperar la Diputación, PNV y Batasuna se han repartido, sobre todo en Vizcaya y Guipúzcoa, la primogenitura. Están llegando a lo que los dos querían, a formar el bipartidismo de la Euskal Herria soberanista. La izquierda y derecha, según los clásicos, del nuevo País. Con algunas lagunas, como la capital Vitoria, algunos ayuntamientos alaveses y los grandes municipios que aún rige el PSE. Contra lo que todavía sostienen algunos ingenuos o recalcitrantes, la conciencia de la nacionalidad supera ampliamente a la conciencia de clase y a otras conciencias.
Victor M. Arbeloa