Banatu Taldea (colectivo que promueve el reparto del trabajo) y el Colectivo de Personas en Paro han hecho entrega de un "Punto Negro del Paro" a la empresa Faurecia (Burlada), en la mañana del 24 de marzo, acompañados por una representación de la plantilla de esta empresa.
El acto ha comenzado con un recuerdo de Miren, extrabajadora de la empresa que recientemente se quitaba la vida en el contexto de una difícil situación derivada del paro y el riesgo de desahucio. Posteriormente se ha colocado un simbólico "Punto Negro" en la verja de la empresa para simbolizar la destrucción de empleo que se da en la misma. Así mismo, se ha leído el siguiente manifiesto:
PUNTO NEGRO A FAURECIA
El colectivo Banatu, por el reparto del trabajo, junto con la Asamblea de Personas en Paro y Precarias, otorgamos un punto negro anual a la empresa más destacada en la destrucción de empleo. Si el año pasado fue VW Navarra la empresa que señalamos negativamente, este año lo recibirá con todo merecimiento Faurecia.
Es cierto que, de momento, Faurecia ha aplazado su amenaza de deslocalización de la producción y la desaparición de la mayor parte de los puestos de trabajo hasta 2016, pero solo es un aplazamiento provisional, tras una negociación cuyo contenido solo se refiere a lo circunstancial, el cuándo, pero no a lo fundamental, la destrucción de empleo.
Aunque no haya tenido el efecto final que nos hubiera gustado, es de valorar la lucha que la plantilla ha llevado a cabo contra el cirre y les quisiéramos animar desde estas líneas a que en este tiempo sigan peleando por la permanencia de la factoría en Burlada más allá de esa fecha, eliminando la amenaza del cierre con la destrucción de la totalidad del empleo.
Entre ambos puntos negros existe una cadena lógica: VW Navarra, además de destruir su propio empleo por vías de incrementos de jornada, la productividad y la flexibilidad, externaliza parte de sus producciones, trasvasándolas a empresas más dependientes a las que aprieta, obligándoles a hacer el trabajo sucio de deterioro de las condiciones laborales o, como en este caso, a deslocalizar la producción.
Externalizaciones y deslocalizaciones son aspectos de una misma lógica: la del incremento incesante de los beneficios a costa de las condiciones laborales y salariales y de la destrucción de empleo, llevándose la producción a los lugares en que le ofrezcan las condiciones laborales más degradadas. En el sector textil, bajo en tecnología, será a Bangladesh (de cuyo desastre mantendremos el recuerdo en su segundo aniversario próximamente) y en el de la automoción a su particular sumidero de explotación. Lo que era una fábrica queda reducido a un almacén para que VW Navarra tenga la pieza precisa, al precio más barato y en el momento justo, quedando, por otra parte, ajena a las malas prácticas que ella misma genera.
Cierto que ese cierre afecta a 200 familias concretas, pero todavía más grave es que viene a incrementar el número de 50.000 personas paradas de Navarra, que parecen no ser tenidas en cuenta, y la cadena de precarización total y subempleo con que tratan de disminuir esas cifras de paro.
Por más importante que sea, no basta con salvar los 200 puestos de trabajo de Faurecia.
El problema es la irracionalidad de mantener un 15% de personas en paro y eso no va a solucionarse más que con medidas de reparto del empleo existente, lo que requiere de a implicación solidaria del conjunto de la sociedad.
Los despidos de Faurecia, aplazados a 2016, no afectan e incumben solo a 200 familias. Naturalmente ellas, como directamente afectadas, serán quienes tengan que implicarse más en su solución, pero esa implicación tiene que extenderse a los entornos próximos (las plantillas de otras factorías de Faurecia, al de VW Navarra…) y, en definitiva a la totalidad de personas activas o paradas.
POR EL REPARTO DEL EMPLEO