El pasado 21 de Diciembre, se denunció por las calles de Pamplona un sistema económico, político y cultural que genera hambrientos, parados, esclavos… Se pusieron ejemplos recientes como Lampedusa o Filipinas, desentrañando las mentiras sobre las causas de la miseria.
La manifestación silenciosa comenzó a las 12:30 en la plaza del Castillo con un pequeño teatro, y terminó en el paseo de Sarasate a las 13:30 con unas palabras de denuncia al sistema y un gesto simbólico.
"El hambre ha sido eliminado de la agenda de los medios de comunicación", denunciaban, "y éstos atribuyen hipócritamente las causas de la miseria a los desastres naturales o en el cambio climático, como en el caso de Filipinas, donde ya existía antes del huracán, un país con una mayoría de empobrecidos"
Afirmaban con contundencia que, "mientras exista el hambre se impondrán las guerras devastadoras y olvidadas contra los pobres; o se alzarán fronteras nacionalistas y se construirán más vallas y fronteras para excluir a los empobrecidos de sus propias riquezas; o se promoverán políticas contra los más inocentes, también lo no nacidos"
Cultura solidaria
La cultura de la solidaridad, para los organizadores, implica trabajar con firme determinación para que el Bien Común esté antes que los intereses particulares de mi familia, de mi bandera nacional o bandera ideológica, de “mi causa”, de la casta política...
Afirmaban como la solidaridad siempre ha significado para los pobres, "compartir la vida, los bienes, el destino, y sus luchas", o citando a Juan Pablo II "solidaridad es compartir lo necesario para vivir"
Han insistido por la megafonías en las plazas y calles que "este mundo de hambrientos, de parados, de esclavos…sólo tendrá remedio desde una cultura de la solidaridad que siempre estará enfrenta de esta cultura salvaje individualista", cultura que ha impuesto el imperialismo, en cuya agenda también está el acabar con el niño no nacido.
Las organizaciones convocantes (Movimiento Cultural Cristiano, Camino Juvenil Solidario y el Partido SAIn), han realizado actividades previas a las marchas y concentraciones; actuaciones musicales, talleres de radio, teatro, exposiciones que eran un grito en el ambiente de consumismo navideño en favor de los últimos de la tierra.
Se invita a los participantes a continuar en la tarea permanente de trabajar por la Justicia todos los días del año, convocándonos en cada una de las Casas de Cultura y Solidaridad.